21/8/15

Fito Conesa en La Naval

La Verdad 21.08.15


Tarjeta Exposición


123 AÑOS, 4 MESES, 13 DÍAS
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La gestión del talento no es un asunto baladí. Bien sabemos que las sociedades más prósperas a lo largo de la Historia fueron aquellas capaces de detectar y favorecer el talento de sus individuos. Pensadores, inventores y artistas han impulsado el progreso de los pueblos. Pero el talento es una flor rara que anhela su prosperidad y si el contexto/sustrato no es el adecuado debe trasladarse a hábitats más propicios o por el contrario deteriorarse, morir. Es un caso muy común el del creador exiliado, alejado de su lugar de nacimiento y del reino de su infancia, y la influencia de esta enajenación en su obra resulta en ocasiones determinante. El genio se va, emigra para florecer si debe, pero siempre añora. Hay muchas formas de partir pero solo una de estar lejos. La distancia es una variable emocional.
 VOLVER
Fito Conesa habla de esta distancia, de sus distancias, a partir de una deuda histórica de la ciudad de Cartagena con una de sus figuras más meritorias, el militar inventor Isaac Peral, que en noviembre de 1891 abandona frustrado su ciudad natal tras una campaña de desprestigio alentada por las autoridades del momento. Fito Conesa se adentra en la Historia-ficción y recrea una escena de época en la que la ciudad portuaria recibe con honores al marino visionario. Las imágenes con retratos de los altos mandos militares de la época nos interpelan como comunidad, como ciudad, pero también convocan de algún modo a nuestros demonios interiores, los demonios de la autocensura con los que cercenamos nuestro propio talento, ya que crear es cambiar, es cambiarnos; es alejarse de la zona de confort y proyectarse; es restituir el sueño, abrazar el ángel, recordar el deseo; es alejarnos más acá. Volver.

Alberto Soler