6/9/10

ABIGAIL LAZKOZ & FERNANDO RENES en LANAVAL. 7.09.2010

LA NAVAL
Del 7 de septiembre al 24 de octubre de 2010
Inauguración: 7 de septiembre a las 20h
Muralla del Mar, 1. 30202 Cartagena

ABIGAIL LAZKOZ
Arqueología de verano con perro y pájaro
Esta obra consiste en una intervención específica para la fachada de La Naval, en Cartagena. En primer lugar, la obra es un homenaje a la vitalidad gráfica de la calles de NY, ciudad donde vivo, donde, en plena era digital, el papel ocupa un espacio singular dentro de la comunicación ciudadana. Tanto las paredes de los edificios como el mobiliario urbano son literalmente empapelados con todo tipo de mensajes, flyers, pasquines a través de los cuales la gente busca o vende cosas, informa de eventos e intercambia datos de interés de su realidad local. Por esa razón, cada vez que uno se pasea por un barrio distinto se encuentra rodeado de un paisaje de papel que se ajusta a los usos estéticos y linguísticos de la comunidad que lo produce.
Todos los posters que conforman la obra han sido recogidos durante este verano de 2010 y constituyen un registro de efemérides de lo acontecido en la ciudad, desde el mundial de futbol, a las mascotas desaparecidas. Como contrapunto a esta arqueología neoyorquina descontextualizada en la Naval los posters se combinan con mi aportación “pasquinera” a las paredes de Cartagena.
Perro y Pájaro son dos criaturas de papel, circunspectas e indolentes, dispuestas a acompañar a los cartageneros el rato que haga falta.
AL

FERNANDO RENES
Haikuanimation

Es una animación creada en el 2010, tiene una duración de 1 min 20 seg, pero la intención es que se vea en loop. Trato de recrear un neón, tanto la estética como la dinámica, pero desde un modo casero, imitándolo con acuarelas y pastel, se podría hablar de un neón hecho desde la austeridad y economía de medios. Cuando me plantearon hacer algo para La Naval, me pareció que sería una buena idea hacer esta animación, creo que podía encajar, a la vez como mensaje y como propuesta estética. La idea de exponer en una galería que está "abierta" 24/7 se adecuaba perfectamente a la propuesta de tener un neón simulado, con su mensaje incansablemente expuesto. Lo que dice el mensaje es: "Todos somo luminosos... Disfrútalo", en español y en inglés. Esta animación entraría dentro de lo que llamo mi serie de "Haikuanimations", en las cuales suelo tratar una sola idea, que intencionadamente quiero que se repita en loop, a modo de mantra. En este caso hago alusión a lo luminoso que tenemos cada uno dentro, y como creo que tenemos que disfrutarlo. A veces esto se nos olvida, o nunca nos hemos dado cuenta de ello, y nos centramos más en lo oscuro que tenemos dentro, que a veces tanto sufrimos, y a veces hacemos sufrir. Me gustaría poder contribuir a una transformación espiritual que creo como especie necesitamos. Acabar diciendo que mi propuesta se redondeará con la publicación por parte de La Naval de un flipbook que recoge la animación, con el cual se puede recrear la mecánica de esta propuesta.
FR

29/5/10

ÁNGELA ACEDO Y JUANA JORQUERA EN PALACIO DE MOLINA, CARTAGENA.


En otoño de 2007 las pintoras Ángela Acedo y Juana Jorquera tomaron un tren desde su ciudad, Cartagena, hasta el sitio más lejano al que les podía llevar ese medio de transporte: la ciudad francesa de Montpellier.La estancia no fue muy larga y sus circunstancias no nos interesan demasiado porque el verdadero viaje se desarrollaría en los siguientes meses en los estudios de las artistas, recreando, alargando y viviendo unas distancias menos tangibles pero mas fascinantes, unos kilómetros hechos de memoria, deseos y sueños, recorridos sobre pinceles en vez de raíles, sobre un mapa de lienzo y propulsión al óleo.Podemos ver en las obras que forman esta exposición cómo la realidad no es algo tan mensurable como pensamos, cómo la experiencia de cada uno hace que un mismo objeto, hecho o circunstancia sea tremendamente diferente según el color con que se mira, o los ojos con los que se pinta.Aquí no veréis Cartagena ni Montpellier, ni un tren ni un trayecto, ni humo, carbonilla ni chispazos eléctricos: apenas un licor doblemente destilado en una botella en la que caben todos los barcos del mundo. Destino: el país de la Pintura.

24/5/10

CHARRIS EN T20 MURCIA 27.5.2010

Jueves, 27 de mayo de 2010, a las 20h
Inauguración de la exposición de Ángel Mateo Charris
Who’s Afraid of the Turner Prize?
Galería T20 C/Vitorio, 7 Murcia 30003

No es la primera vez que Charris se acerca en sus obras a los engranajes del mundo del arte, desde las ferias a las grandes bienales o del caprichoso vaivén de los ismos a las citas y referencias a todo tipo de artistas clásicos o contemporáneos. Ahora dedica un ciclo completo al siempre polémico premio Turner, probablemente el certamen de este tipo más conocido mundialmente junto al Hugo Boss.
–¿Quién le teme al premio Turner?
–Probablemente tanto los alérgicos a la contemporaneidad como los talibanes de la pureza estética, la gente con poco sentido del humor y los que temen que les muevan la silla de sus certezas, cosa que entiendo porque es una cosa muy molesta.
–Pero tú mismo pareces verlo con toda la ironía del mundo en esas exhibiciones caninas en la nieve…
–Yo puedo ser todo lo escéptico o crítico que quiera con toda la parafernalia que conlleva este mundo: el esnobismo, los intereses creados, el sistema de castas, la superficialidad y todo eso pero al fin y al cabo yo también estoy en él y no deja de ser el aliño de la ensalada, puedes echarle o no a tu gusto. Y detrás de la alfombra roja y el cóctel de la inauguración hay artistas, algunos muy buenos, intentando descifrar el mundo lo mejor que saben.
–En la serie principal que presentas en esta exposición hay 25 piezas, casi todas en papel, que titulas con los nombres de todos los ganadores del Premio Turner, ¿se trata de un homenaje a estos autores?
–No, ni tampoco una parodia. Es algo más egoísta que eso, porque al final lo que trato es de descolocarme poniéndome algunas zancadillas y que mi obra se beneficie de no estar soportando mis obsesiones todo el tiempo. Ser otros para poder seguir siendo yo.
–¿Qué tipo de proceso has seguido para ello?
–He intentado acercarme a la obra de todos esos artistas tratando de hacer mío su universo de intereses, sus procesos creativos y pasarlos por el filtro de mis herramientas y visión propia. No me interesaba producir citas o utilizar aspectos visuales de sus obras ni que resultaran reconocibles en las imágenes. La idea está entre plantar un caballete enfrente de un artista en vez de ante un paisaje y travestirme en Gilbert & George, Damien Hirst o Grayson Perry (hablando de travestidos). O también podría ser como el médium que cede su cuerpo a espíritus ajenos para lanzar mensajes del más allá, aunque siempre se te puede colar un espíritu burlón que te engañe haciéndose pasar por otro.
–¿Y no te da miedo que la exposición sea demasiado dispar o incoherente o, en cierta forma, de renunciar a ti mismo?
–No, y no tengo mucho que traicionar. Ya he dicho otras veces que nunca he intentado tener un estilo, aunque al final irremediablemente te identifican con una manera de hacer, siempre he tratado de usar la pintura de una forma lo más neutra posible precisamente para que me permita tratar todo tipo de cuestiones, ambientes, proyectos… utilizar sus recursos según los voy necesitando, sean de pintores de cualquier época, de ilustradores comerciales, de artesanos, e intentar que la pieza funcione estéticamente. Así que lo único diferente es que he utilizado un guión ajeno para realizar mi película, lo cual no la hace menos personal.
–¿Siempre ganan los mejores?
–En la nómina de todos estos años de este premio hay ganadores que me gustan mucho y otros que me horrorizan, creadores de fuste y otros que me parecen irrelevantes, pero esa no era la cuestión a la hora de hacer estas obras.
–¿Y cuál era?
–La de que la cuestión no es si me gusta o no me gusta. Doy por hecho que aunque muchos artistas no conecten con mis intereses están ahí por algo, porque alguien generalmente inteligente ha encontrado algo interesante en ellos en ese momento y lugar. Así que se trata de ver qué me está diciendo esa obra, intentando separar el grano de la paja, y ver si hay algo en ella que me pueda servir para mi propia experiencia, o en este caso para mi propia obra. Los artistas somos esos tipos que se supone que se pasan la vida pensando en cuestiones en las que el resto de la gente no piensa, cuestiones plásticas, conceptuales, etc; eso es lo que hacemos en esta sociedad, más que fabricar objetos decorativos, aunque también. Vale la pena que te pases un rato intentando descifrar ese crucigrama.
–Pero tendrás tu propia galería de favoritos del Turner.
–Claro que los tengo, tanto en la lista de ganadores como en la de los que quedaron finalistas y no ganaron, pero curiosamente no creo que me hayan salido mejores obras según mi grado de querencia con el artista, muchas veces ha ocurrido lo contrario, y eso está bien.
–¿Y que sentido tiene todo esto en este apartado rincón del imperio?¿Qué tiene que ver un gran acontecimiento global con una exposición en una galería de una capital de provincias?
–Mucha, ésta es una exposición que no creo que se me hubiera ocurrido si no la estuviera haciendo desde y en la periferia. Parece que sean como dos galaxias muy lejanas, como la ceremonia de los oscars y el cine de verano de un pueblo, pero yo lo veo todo como un gran organismo multiforme, un gran pulpo lleno de tentáculos o como el sistema circulatorio: estos grandes acontecimientos son como el impulso mecánico que hace que la sangre riegue todos los tejidos. Lo importante no son los premios ni las grandes bienales, documentas, arcos y todo eso, lo es la cultura del día a día, pero a mí sólo me sirve si ésta forma parte de algo más universal, si tiene un pie fuertemente arraigado en la tierra y otro intentando formar parte del pelotón de cabeza. No quiero enterarme de las cosas en los libros de historia de dentro de un par de décadas por vivir en una esquina medio africana.
–¿Es la eterna lucha entre lo cosmopolita y lo provinciano?
–O más bien entre el chovinista y el esnob, un debate bastante estéril por otra parte. Si las escenas artísticas locales no se conectan con la cabeza, y ahora es mucho más fácil a través de las nuevas tecnologías o la facilidad para viajar, acabamos asumiendo el sentido peyorativo de lo provinciano. Y las patas del pulpo del que hablaba se necrosan con facilidad si no les llega sangre en condiciones. Siempre es preferible discutir si los nuevos nominados del Turner son una basura o no, antes que estar obsesionándose en la cruzada por la subvención perdida o la cuota de poder artístico en tu pueblo. Y lo bueno de estos tiempos es que se puede participar en el debate de la contemporaneidad desde cualquier rinconcito del planeta. Sólo hay que mantener viva la curiosidad y no dar nada por sentado.

1/4/10

MOISÉS RUIZ en LA VENTANA DE GRAS



EL JUEGO DE LA PINTURA EN CANCHA DOBLE


Gonzalo Sicre redobla la belleza de lo banal en «Ni el principio ni el fin», la individual que exhibe en Gema Llamazares (Gijón)

Gonzalo Sicre, ante una de las obras que muestra en la galería Gema Llamazares. / ángel gonzález
J. C. GEA De todos los caminos de regreso a la plena contemporaneidad que ha ido encontrando la figuración española, el de los llamados «neometafísicos» -un grupo de jóvenes pintores mediterráneos agrupados por Juan Antonio Bonet en la colectiva «Muelle de Levante» hace ya casi dos décadas- se ha revelado como una de los más fructíferos, estables y apetecibles. En primer lugar, por la calidad de la pintura que ha ido deparando; en segundo, por la variedad de posiciones y resultados que, dentro de un clima común que tiene que ver menos con los manifiestos que con las complicidades y las referencias comunes, han ido encontrando sus integrantes; pero, sobre todo, por el modo desenvuelto, carente de todo complejo, inteligente y sin estridencias con que pintores como Ángel Mateo Charris, Joel Mestre, Santi Tena o Gonzalo Sicre han dado cauce a su amor por la pintura y al viejo placer de pintar desde la experiencia de un ojo y un cerebro crecidos en este tiempo; es decir, alimentados por la cultura pop, la imagen cinematográfica, la literatura y el arte contemporáneo, pero puestos al servicio de un lenguaje que asumen con toda la carga de tradición que arrastra y de un espíritu afín al de cierta pintura de la vanguardia histórica.

La de Gonzalo Sicre (Cádiz, 1967), que acaba de inaugurar en la galería Gema Llamazares su primera individual en Asturias, es una de las pinturas más ricas y depuradas dentro de esa atmósfera común. Fiel al gusto de su autor por los títulos que, más que fijar conceptos, predisponen a la sugerencia, «Ni el principio ni el fin» reúne la obra más reciente del pintor afincado en Cartagena, ciudad que junto a Valencia ha ido concentrando por pura afinidad electiva a este grupo de artistas. Quien haya seguido el trabajo de Sicre se encontrará con un mundo perfectamente conocido: paisajes urbanos o suburbiales; arquitecturas cotidianas; luces crepusculares o nocturnas; figuras cuyo anonimato y cuya ausencia casi absoluta de tensión dramática representan el hermetismo que convierte en un misterio incluso los más insignificantes de los seres en las más insignificantes de sus acciones: una mujer que se mueve en la intimidad de su dormitorio; una luz que se enciende en una vivienda o en el luminoso de un hotel; una pareja que camina por la escalinata de un parque; la aproximación de unos faros desde la oscuridad de un túnel o una muchacha que consulta lo que parece un plano en mitad de una arboleda.

Pero, sobre todo, más allá de cualquier adscripción a neometafísicas o neofiguraciones, a vanguardias pictóricas italianas o al realismo de lo suburbano y lo banal que ostenta con toda deliberación la marca de Hopper, lo que el espectador va a encontrar en «Ni el principio ni el fin» es pura pintura: rigurosas composiciones, cuidadas armonías cromáticas, dominio técnico y conceptual al servicio de una concepción del cuadro como recinto en el cual el tiempo se coagula en espacio. Ahí reside la verdadera metafísica que suscribe Sicre; en su forma de participar de lleno en el misterio y el milagro que Velázquez formuló de manera insuperable en «Las Meninas»: la congelación de la realidad cotidiana, mediante su reducción a intemporales valores plásticos, en la realidad paralela del cuadro.

Para practicar ese juego supremo de la pintura, Sicre recurre en esta ocasión a una novedad conceptual respecto a su obra anterior: la duplicación del terreno de juego. Casi todos los temas que aborda en «Ni el principio ni el fin» aparecen organizados en series de dos cuadros en los que el tema aparece reflejado con alguna pequeña variación: la luz, la hora del día, el ángulo de visión, la posición o la actitud de las figuras. Mediante este artificio, parece incrementarse una ambigua tensión narrativa o dramática, que invita a pensar redobladamente -literalmente: dos veces- en lo que ha podido suceder antes o después del momento que recogen los cuadros. Pero lo que ha sucedido o va a suceder es posiblemente lo mismo: nada. O nada importante, al menos. Nada que distraiga de lo que -parece subrayar Sicre mediante su insistencia en estas pequeñas variaciones- está sucediendo realmente en su pintura, que es el acontecimiento de la pintura misma, el descubrimiento, por partida doble en este caso, de la belleza en cualquier tramo del espacio y en cualquier momento del tiempo y, si acaso, la revelación de que el mundo puede ser mirado de nuevo con los mismos ojos con los que el pintor lo mira, lo depura, lo sintetiza y lo transfiere al lienzo. Ojos que reinventan la realidad y crean, dentro de ella, otra realidad nueva.

Originalmente en LA NUEVA ESPAÑA

28/2/10

En THE NEW YORK TIMES 28.02.2010

Art Takes Root in Fertile Soil in Spain

Matias Costa for The New York Times The New York Times

An exhibition by the Irish sculptor Eva Rothschild is mounted at La Conservera, a former cannery in Ceutí, in Murcia Province in southeastern Spain.

Published: February 28, 2010

“FOUR years ago I would have told you that none of this would be possible here in Murcia,” said José Martinez Calvo, a native of this province in the southeast corner of Spain and a respected art dealer who owns the Madrid gallery Espacio Mínimo. “When my colleagues here told me what they were planning, I told them all to have a Plan B because this was just never going to happen.”

Interest Guide

Well, it happened. On a recent afternoon, Mr. Calvo was standing in a lofty, light-filled gallery dotted with minimalist sculptures by the Irish artist Eva Rothschild at La Conservera, a converted cannery in the little village of Ceutí. Located 10 miles outside the regional capital city of Murcia — and a full five-hour drive southeast from Madrid — Ceutí feels light-years away from trendy, gallery-dense neighborhoods like Chueca in Madrid. But cleaned up and stripped of machinery, the factory’s open industrial spaces make spectacular galleries. And La Conservera, which opened last May, is just one piece of Murcia’s emergence as an artistic center.

Nearly a dozen new museums, galleries and other spaces devoted to creative use have popped up all across the often underappreciated province. Known as Spain’s vegetable garden — the region’s pata negra tomatoes inspire almost the same reverence as the jamón of the same name — Murcia typically makes national headlines only when there is a government battle over agricultural water rights or all-too-frequent real estate scandals surrounding development along the coast.

But in recent years, as government officials across Spain have succumbed to the so-called Bilbao effect — investing hundreds of millions of euros in shiny new arts centers in hopes that urban revitalization would quickly follow — Murcia has taken another road. Instead of putting all its cultural eggs in one high-priced basket, the local government is betting on a decentralized plan to spread cultural riches throughout the province.

The region is also exploiting raw materials: a considerable inventory of abandoned factories, Art Nouveau mansions, convents and churches just waiting for a second life. With renovation costs and start-up budgets that average well under 10 million euros a project, these properties have become the architectural equivalent of found objects converted to high art.

Art is not a new concept in Murcia, where a rich cultural heritage includes Neolithic cave paintings and Roman mosaics, not to mention things that just turn up, like the vast complex of Moorish ruins recently uncovered when construction began on a parking garage. In such an environment the art of today can seem like a blip on the radar.

“The important thing has been to strike a balance between the avant-garde of today and preservation of the past, our patrimony,” said Pedro Alberto Cruz, the culture and tourism minister for the regional government.

With its deep Moorish influences — increasingly resonant as immigration from Northern Africa has swelled — the influence of Islamic art in Murcia is highlighted by the intersection of old and new. Among the successful recent exhibitions was the installation of Anish Kapoor’s “Islamic Mirror,” a faceted concave mirror that reflects a mosaic-like display of countless tiny images, in the Sharq al-Andalus hall of Murcia’s Santa Clara Convent.

Founded by the Moors in the early ninth century, Murcia has all the charms one expects from a midsize Spanish city (population about 430,000) — a massive cathedral with a floridly Baroque façade, rows of colorful houses with elaborate balconies and lots of plazas shaded by orange trees and lined with cafe tables. A lazy river, the Segura, drifts beneath picturesque bridges that link its historic center with more recent barrios on the southern bank. It is in these neighborhoods that exhibition spaces like Espacio AV and cutting-edge commercial galleries like T20, which focuses on emerging artists, share narrow cobbled streets with traditional bakeries and basket weavers.

In the creative spirit of the city, one of the biggest events this year isn’t happening in a gallery, but rather in the Sala Verónicas, a deconsecrated church sandwiched between the remains of Murcia’s 12th-century Moorish wall and the city’s busy produce market. The second edition of the PAC Murcia Biennial, which opened on Jan. 25, is titled “Dominó Caníbal” (“Cannibal Domino”), a reference to how the exposition’s seven successive installations consume and reinterpret one another; each artist will base his or her installation on the one prior so that common thematic and material threads become inevitable.

The first installation is by Jimmie Durham, an American artist of Cherokee heritage whose approach to the former church, where cloistered nuns were once kept from sight, was to introduce the banalities of everyday life: a vacuum cleaner and refrigerator, used tires and empty oil drums. Graffiti covers the whitewashed walls, as tubes and pipes break through them to connect to the outside world. (The next artist, whose installation will open on March 26, is Cristina Lucas, a Spaniard.) Over the course of the year, a concurrent program of fringe exhibitions and conferences, known as OFF PAC, is ongoing at a number of galleries and foundations throughout the province.

Thirty miles south of the regional capital is the ancient Mediterranean port of Cartagena, a walled city that seems more Caribbean than Continental, with a faded, balmy, overgrown charm. In Cartagena, as in the city of Murcia, a sheen of contemporary design overlays grandiose mansions with cake-frosting stucco decoration and curlicue balconies, remnants of an early 20th-century mining boom. The architect Rafael Moneo has just finished resuscitating one of those mansions as the entrance and cafe of the new Roman Theater Museum, which showcases the city’s prime archaeological attractions. Another exuberantly eclectic early-1900s palace is home to MURAM, the regional museum of modern art, which just emerged from a major renovation and expansion in April 2009.

All of this sets the scene for the eighth edition of the roving European biennial Manifesta, which will arrive in Murcia and Cartagena in October. It, too, will occupy some unusual venues, including a former postal headquarters and military barracks. Since it was founded after German reunification, Manifesta has focused on east-west European relations; Manifesta 8 is the first to think north-south and to reach across the continental boundaries to Africa, one of the factors that drew organizers to Murcia, according to Hedwig Fijen, the director of the festival.

“Manifesta needs to take place at the edge of things — on the frontier where cultures meet,” Ms. Fijen said, “and right now, Murcia is one of those frontiers.”

IF YOU GO

HOW TO GET THERE

For dates in mid-March, Iberia has flights from Kennedy International Airportto Murcia with a stopover in Madrid starting at about $800. There is also train service from Madrid (four and a half hours), with fares starting at 44.60 euros, about $60 at $1.34 to the euro, though cheaper fares can often be found on the train service Web site (www.renfe.es).

WHERE TO STAY

Hotel Siete Coronas, Paseo de Garay 5, Murcia; (34-968) 217-774;hotelsietecoronas.com; doubles from 65 euros.

Hotel NH Rincon de Pepe, Apóstoles 34, Murcia; (34-968) 212-239; nh-hotels.com; doubles from 80 euros.

WHERE TO EAT

Restaurant Jota Ele, Plaza Santa Isabel 6, Murcia; (34-968) 220-730; dinner for two, about 55 euros.

La Pequeña Taberna, General Margallo s/n, Murcia; (34-968) 219-840; lunch for two, 30 euros.

WHAT TO SEE

“Dominó Caníbal” at Sala Veronicas, Calle Veronicas s/n, Murcia; (34-968) 221-668; pacmurcia.es; free.

Espacio AV, Calle Santa Teresa 14, Murcia; (34-968) 930-205;www.espacioav.es; free admission.

Gallery T20, Calle Vitorio 27, Murcia; (34-968) 215-801; galeriat20.com.

La Conservera, Avenida de Lorqui s/n, Ceutí; (34-868) 923-132;laconservera.org.

Museo del Teatro Romano (Roman Theater Museum), Palacio Pascual del Riquelme, Plaza del Ayuntamiento 9, Cartagena; (34-968) 525-149;teatroromanocartagena.org; admission: 3 euros.

MURAM, Plaza de la Merced 15-16, Cartagena; (34-968) 501-607;museosdemurcia.com/muram. Through April 25: a survey of Art Nouveau treasures from Barcelona.


EN ESPAÑOL (TRADUCTOR DE GOOGLE)


16/2/10

CASA PARA UN COLECCIONISTA NÓMADA





Proyecto 8510
'Sin pausas'. El que se quede quieto no sale en la foto. Al menos ese es el propósito del proyecto '8510' del stand de la Región de Murcia, impulsado por la Consejería de Cultura y Turismo, cuyo comisario es Pablo Lag. 8510 que son 8 horas, 5 días y 10 acciones. El stand es un taller abierto de 150 m2 donde cada día dos artistas desarrollan dos proyectos durante las ocho horas 'laborales' de Arco, un auténtico 'workshop in progress' que dicen los entendidos. Diversos formatos, lenguajes y propuestas. Porque habrá de todo: tatuadores, constructores de tanques de cartón, músicos buscando musa, instalaciones móviles, arquitectos nómadas, comunicadores incomunicados e 'inventores' de extraños prismáticos.

El proyecto de Martín Lejarraga se llama "Casa para un colecionista nómada" y podrá verse en esta edición de ARCO el jueves 18 de febrero.

Incluye piezas y colaboraciones de Javier Arce, Sonia Navarro, Fod, Gonzalo Sicre, M & MP Rosado, Miki Leal, Manu Muniategui, Juan Ugalde, Teresa Moro, The Royal Art Lodge, Teresa Tomás, Paco de la Torre, Charris, Julian Opie, Mateo Maté, Eugenio Merino, Eduardo Saro, Ruth Quirce, Daniel Verbis, Sofía Moro, Juan Manuel Castro Prieto, Juan Manuel Díaz Burgos, Ángela Acedo, Juana Jorquera, Rosalía Banet, Damián Flores, Eduardo Balanza, Nico Munuera, Araki, El Tono, Fernando Martín Godoy, Dis Berlin, Gamaliel Rodríguez, Fernando Renes, Abi Lazkoz, Guillermo Martín Bermejo, José Luis Serzo, Miguel Fructuoso, Marcelo Fuentes, María Ortega, Paco Pomet, César Fernández Arias, Tomás Mendoza y otros.