20/8/06
DECLARACIÓN DE INTENCIONES LA NAVAL
Ésta es, posiblemente, la revista más pequeña del mundo. Cubre un hueco absolutamente innecesario dentro del panorama editorial: el del bolsillo de la camisa, y está pensada, lo que es mucho decir, para su uso en transportes públicos, consultas, cuartos de baño, salas de espera y velatorios: espacios en tránsito para lectores en tránsito. Nuetro ánimo no es edificante ni nuestra intención lucrativa (por pura cordura), pero hay algunas cosas que noc gustaría contar, alguna otra que defender y muchas que compartir. Reconocemos nuestra deuda con la hoja parroquial, el panfleto, el Selecciones y con las viejas publicaciones vanguardistas (ultraístas, creacionistas futuristas, hermanos, hacednos un lado junto a la lámpara Osram iridiscente).
Esperamos hacernos un sitio en las maletas de espedicionarios, poetas, solitarios, domadores de pulgas y cazadores de tormentas. No mendigamos anuncios, ni acptamos subvenciones, con lo que nuestra singladura se presenta tormentosa y tal vez breve: preferimos siempre el esplendor fugaz a una larga existencia de lamparilla devota. Sudaremos tinta y quemaremos ordenadores, contaremos cuentos y te enseñaremos trucos de magia: somos orgullosa carne de papelera y semilla de futuro. Con un ojo atrás y otro adelante buscaremos nuevas lunas a las que pisar y nuevas tierras que avistar. Tienes en tus manos la, posiblemente, revista más pequeña del mundo, pero eso no nos hace enanos ni mezquinos: la pulga es el único animal que no tiene pulgas.
Editorial del número 0 de La Naval. Prensa de la república de Cartagena. Abril de 1995.
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