En otoño de 2007 las pintoras Ángela Acedo y Juana Jorquera tomaron un tren desde su ciudad, Cartagena, hasta el sitio más lejano al que les podía llevar ese medio de transporte: la ciudad francesa de Montpellier.La estancia no fue muy larga y sus circunstancias no nos interesan demasiado porque el verdadero viaje se desarrollaría en los siguientes meses en los estudios de las artistas, recreando, alargando y viviendo unas distancias menos tangibles pero mas fascinantes, unos kilómetros hechos de memoria, deseos y sueños, recorridos sobre pinceles en vez de raíles, sobre un mapa de lienzo y propulsión al óleo.Podemos ver en las obras que forman esta exposición cómo la realidad no es algo tan mensurable como pensamos, cómo la experiencia de cada uno hace que un mismo objeto, hecho o circunstancia sea tremendamente diferente según el color con que se mira, o los ojos con los que se pinta.Aquí no veréis Cartagena ni Montpellier, ni un tren ni un trayecto, ni humo, carbonilla ni chispazos eléctricos: apenas un licor doblemente destilado en una botella en la que caben todos los barcos del mundo. Destino: el país de la Pintura.
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